Es un dispositivo que se implanta dentro de los cuerpos cavernosos del pene, es decir, las estructuras anatómicas que se llenan de sangre durante la erección, cuya finalidad es la de regresar al pene la funcionalidad desde el punto de vista sexual.
La tasa de satisfacción tanto de los pacientes como de sus parejas es del 90%. Para lograr estos números se debe seleccionar correctamente la prótesis a implantar de acuerdo al caso específico de cada paciente, la experiencia del médico es esencial para dicha selección.
Las prótesis de pene, en uso clínico, se implantan desde hace más de 40 años. Han facilitado la recuperación de la vida sexual activa y satisfactoria de más de 300,000 hombres. La clave está en quién realiza el implante.
Es importante notar que existen ciertos mitos que circundan a la implantación de prótesis de pene, tales como que se pierde o afecta la sensibilidad del pene; altera el orgasmo y/o la eyaculación; alarga o agranda el pene; o que lastima a la pareja. Nada de esto es verdadero, por lo contrario, existen múltiples beneficios.